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domingo, 19 de diciembre de 2010

Himno al Sol.

Primer himno a Apolo en el templo de Delfos.

Himno a Zeus.

Un himno a las musas.

La danza de los sátiros.

Música de la antigua Grecia.

Esculturas de Zeus

Zeus de Olimpia

La estatua de Zeus en Olimpia fue una escultura crisoelefantina elaborada por el famoso escultor clásico Fidias sobre el 432 a. C., en lo que actualmente se conoce como Olimpia, Grecia, y forma parte de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

Según Pausanias, Zeus aparecía sentado en un trono con el torso desnudo y el manto en torno a las piernas, llevaba la cabeza coronada de olivo y la mirada, dirigida hacia abajo le confería aspecto paternal. En la mano izquierda sostenía una Niké y en la derecha el cetro rematado por un águila; el manto estaba adornado de lirios y las sandalias eran de oro.

Las únicas reproducciones conocidas del Zeus de Olimpia nos las dan las monedas, más bien medallas conmemorativas, acuñadas en Elis en época de Adriano, en una de cuyas caras aparece Zeus entronizado y en la otra el detalle de la cabeza.


Estatua de Zeus o Poseidón

Una escultura que además de ser muy espectacular, es muy enigmática, ya que ha sido centro de un sinfín de debates entre expertos, porque en realidad no se sabe de quién se trata, si es Zeus o Poseidón, debido en gran parte a la pose en la que se encuentra la estatua, que si la observan detenidamente, pareciera como si estuviese por arrojar algo.

Por eso se supone que puede ser el tridente del dios Poseidón, o un rayo del Dios Zeus.

Fragmentos de música griega antigua.

Olvídate de los ruidos mundanos y bucea en tu interior con esta mística música.

Música griega antigua&John William Godward


Disfruta con esta relajante música instrumental de la antigua Grecia.

domingo, 12 de diciembre de 2010

EL MATRIMONIO SAGRADO


La diosa Hera es la hija mayor de Cronos y Rea, y como todos sus hermanos fue tragada por su padre, hasta que Zeus fue salvado de las terribles fauces paternas y, luego, pudo entonces liberar a todos sus hermanos.

Durante la lucha que hubo entre Zeus y los titanes, la diosa fue criada -según unas versiones- por Océano y Tetis, con quienes ella quedó muy agradecida, por lo que cuando ellos riñeron, ella trató de reconciliarlos. Otros narran que fue criada por las Horas, por el héroe Témeno e incluso por las hijas de Asterión.

Una vez que Zeus ganó la gran batalla y se estableció el poder olímpico, éste contrajo matrimonio con Hera. Se cuenta que ella era su tercera esposa, después de Metis y Tetis, no obstante el amor entre Hera y Zeus era anterior incluso a la batalla con los titanes. La boda fue más que suntuosa, y de acuerdo a la tradición, se indica como lugar de la celebración el jardín de las Hespérides (aunque a veces se dice que las manzanas de este jardín fueron sólo el regalo de Gea a Hera el día de su casamiento, y que la diosa las cembró en su jardín). En la Ilíada se cuenta que la boda se llevó a cabo en la cumbre del Ida de Frigia. También, se ha mencionado que se realizó más bien en el lugar místico de Eubea. La divina unión tuvo como frutos cuatro hijos: Hefesto, Ares, Ilitía y Hebe.

Como esposa del líder de los dioses, Hera se convirtió en la protectora de todas las mujeres casadas. Por ello, se la representa como mujer celosa, vengativa y violenta, pues Zeus -que le era infiel constantemente- provocaba sus iras, de las que hacía víctimas no sólo a las amantes sino a los hijos producto de los amores prohibidos.

Fue así como Heracles cayó en desgracia con Hera, pues era hijo de Zeus y Alcmena, y fue tal vez el que más sufrió la cólera de la diosa. A ella se le ocurrió la idea de los doce trabajos a los que se sometió al semidios, y lo persiguió sin límite hasta el fin de sus días.


Sin embargo, la ira de Hera no siempre se relaciona con los celos, a veces también lucha por poder. Por ejemplo, castigó a Tiresias y lo dejó ciego, por darle la razón a Zeus en una discusión que entabló la pareja sobre quién gozaba más de los placeres del amor, si el hombre o la mujer.

Además, participó en el concurso de las manzanas para averiguar cuál diosa era la más bella, donde Paris fue árbitro. Como éste eligiera a Afrodita, su cólera cayó sobre él y sobre Troya, por lo que la balanza se inclinó por los griegos o aqueos, hecho que se confirmaba porque Hera naturalmente estaba designada como la protectora de Aquiles, héroe griego hijo de Tetis, a quien Hera le debía tanto, como ya dijimos. Incluso, la diosa extendió su protección a Menelao, y lo hizo inmortal. Anteriormente, Hera había protegido a los Argonautas, y ayudó a que salieran bien librados de las Rocas Cianeas y de los pasos de Caribdis y Escila.

Por otro lado, se sabe que la diosa participó en la lucha contra los Gigantes y que fue perseguida y atacada por Porfirión que se había enamorado de ella. Éste intentó hacerla suya por la fuerza, pero mientras le arrancaba los vestidos, Zeus llegó en auxilio de la diosa y le envió un rayo al atacante que fue asesinado completamente por un flechazo de Heracles. De igual forma, Ixión también la atacó con un deseo incontrolable y violento, pero Zeus una vez más la protegió mediante una nube que modeló para engañar al pérfido.

La Titanomaquia

La Titanomaquia

En la mitología griega, la Titanomaquia (en griego antiguo Τιτανομαχία Titanomakhía, ‘Guerra de los Titanes’) fue la serie de batallas libradas durante diez años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la Humanidad: los Titanes, luchando desde el monte Otris, y los Olímpicos, que llegarían a reinar en el monte Olimpo. Se la conoce también como la Batalla de los Titanes o la Guerra Titánica. Es confundida por algunos autores (como Ovidio) con la Gigantomaquia a pesar de las múltiples diferencias entre ambas.

El marco para esta importante batalla fue creado después de que el titán más joven, Crono, derrocase a su propio padre, Urano (dios del Cielo y gobernante del universo), con la ayuda de su madre, Gea (la Tierra). Crono castró entonces a su padre, se apoderó de su trono y liberó a sus hermanos titanes, que habían sido encerrados en el Tártaro bajo el reinado tiránico y egoísta de Urano.

Sin embargo, cuando era usurpado, Urano profetizó que los propios hijos de Crono se rebelarían contra su gobierno de la misma forma que él y sus hermanos habían hecho. Por miedo de que sus futuros hijos se rebelasen contra él, Crono se convirtió en el terrible rey que su padre Urano había sido, tragando enteros a sus hijos a medida que nacían de su esposa (y hermana) Rea. Sin embargo, según una leyenda arcadia recogida por el geógrafo griego Pausanias, ésta logró esconder a su quinto y sexto hijos, Poseidón y Zeus, diciéndole que había dado a luz un caballo y le dio un potro para que se lo comiera en lugar de Poseidón, y en lugar de Zeus le entregó una piedra envuelta en pañales.

Rea llevó a Zeus a una cueva en la isla de Creta, donde éste fue criado por los Curetes y las ninfas Adrastea e Ida. Cuando Zeus se hizo mayor, Metis dio a Crono una poción especial, que provocó que éste vomitara a los hijos que se había tragado. Zeus los llevó entonces a la rebelión contra los Titanes.

LA GUERRA

Entonces los Olímpicos, guiados por Zeus, declararon la guerra a la anterior generación de deidades, los Titanes. Éstos fueron encabezados por Crono e incluían a Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Atlas y Menecio. Los Olímpicos eran guiados por Zeus e incluían a Hestia, Hera, Deméter, Hades y Poseidón. Probablemente Estigia y sus hijos también lucharon en el bando de los Olímpicos. Además, los Hecatónquiros y los Cíclopes, que habían sido encarcelados por Crono, ayudaron a los Olímpicos. Se decía que los Hecatónquiros ayudaron a los Olímpicos arrojando enormes piedras a los Titanes, de cien en cien. Los Cíclopes ayudaron fabricando las famosas armas de Zeus, los rayos.

Habiendo logrado por fin la victoria tras toda una década de guerra, los Olímpicos dividieron el botín entre ellos, otorgando el dominio del cielo a Zeus, el del mar a Poseidón, y el del inframundo a Hades. Procedieron entonces a encerrar a los derrotados Titanes en el Tártaro, las más hondas profundidades del inframundo. Sin embargo, dado que durante la guerra Océano y las Titánides, es decir, Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, habían permanecido neutrales, no fueron castigadas por Zeus. Algunos otros titanes que no fueron encerrados en el Tártaro fueron Atlas, Crono, Epimeteo, Menecio y Prometeo. Zeus dio a Atlas un castigo diferente: Urano, el cielo, casi se había derrumbado sobre la tierra tras la guerra debido a la enorme lucha que había ocurrido bajo él, por lo que Zeus dispuso que Atlas sujetase los cielos por toda la eternidad. Epimeteo, Menecio y Prometeo cambiaron de bando y ayudaron a Zeus en la guerra, por lo que no fueron castigados. Sobre el destino de Crono existen al menos dos variantes míticas: la tradición más antigua, reflejada en ciertas fórmulas homéricas y hesiódicas (Ilíada, xiv, 274; xv, 225; Teogonía 850ss) supone que Crono habita en el Tártaro rodeado por el resto de los titanes. Una tradición posterior señala que Crono fue luego liberado por voluntad de Zeus, y que quedó reinando en las islas de los Bienaventurados.Esta versión queda atestiguada en una interpolación a Trabajos y días (169b-e ó 173a-e según las ediciones), y en algunos versos de Píndaro (Olímpica II, 70ss). Los Hecatónquiros quedaron montando guardia sobre los prisioneros

domingo, 28 de noviembre de 2010

Saturno devorando a sus hijos, de Goya.

Esta representación de Saturno  está inspirada posiblemente en la anterior de Rubens.

En la mitología romana Saturno (en latín Saturnus) era un importante dios de la agricultura y la cosecha. Fue identificado en la antigüedad con el dios griego Crono, entremezclándose con frecuencia los mitos de ambos.
Saturno es el hijo menor de Coelus, el Cielo, y de la antigua Tellus, la Tierra. Tras derrocar a su padre, Saturno obtuvo de su hermano mayor Titán el favor de reinar en su lugar. Titán puso una condición: que Saturno debía matar a toda su descendencia, para que la sucesión del trono se reservase a sus propios hijos. Saturno se casó con Ops (Rea), con quien tuvo varios hijos que devoró ávidamente, como había convenido con su hermano. Sabiendo además que un día sería a su vez destronado por uno de sus hijos, exigía a su esposa que le diese a los recién nacidos. Sin embargo, Ops logró salvar a Júpiter. Éste, una vez adulto, hizo la guerra a su padre, derrotándole y expulsándole del cielo. Así la dinastía de Saturno perduró en detrimento de la de Titán.
Se dice que Saturno quedó reducido a la condición de simple mortal, yendo a refugiarse al Lacio, donde puso orden entre los hombres salvajes y les dio leyes.

Mito del diluvio universal.




Los mitos son fábulas o leyendas que simbolizan aspectos profundos de la existencia humana tanto material como espiritual. Los mitos están relacionados con los rituales y se reiteran en el culto. Representan historias que pudieron ser verdaderas, sobre vidas humanas que tuvieron lugar en el principio de los tiempos y que son utilizadas como modelos para el comportamiento de los hombres. Los científicos que estudian este tema han descubierto testimonios válidos que comprueban que en la tierra este fenómeno ha ocurrido alguna vez, hace mucho tiempo. Existen muchos mitos sobre el diluvio universal en casi todas las culturas, producido como consecuencia de la conducta malvada de los hombres que en esos momentos habitaban la tierra. La ira de los dioses del Olimpo también se abatió sobre la humanidad, debido a la conducta lujuriosa, deshonesta y egoísta de los hombres, provocando un diluvio universal. Pero antes, eligió a los más virtuosos, que fueron los únicos que lograron salvarse, pereciendo el resto, sumergidos bajo las aguas. La historia de Baucis y Filemón es un mito griego que relata una historia ocurrida en tiempos muy remotos. Un matrimonio anciano vivía en una modesta cabaña. Eran muy felices, se amaban mucho y dedicaban su vida a cultivar una pequeña porción de tierra. Un día alguien llamó a la puerta, y muy contentos de recibir visitas, se encontraron con dos extraños que le pidieron descansar en su cabaña un rato, luego de un largo viaje. Alborozados, los ancianos les permitieron la entrada y prontamente el hombre de la casa se dispuso a encender el fuego, mientras su mujer colocaba una vasija de cobre sobre las llamas y se apresuraba a preparar una sopa, haciendo ambos lo posible para que los visitantes se sintieran cómodos. Al poco tiempo la mesa estaba tendida con los mejores productos que habían cosechado recientemente, luciendo provocativamente ante los inesperados invitados quienes no tardaron en hacer honor a tanta generosidad. A Baucis le pareció poco el agasajo y le propuso a Filemón ofrecerles también su único ganso, a quien querían mucho. Aunque a su marido se le llenaron los ojos de lágrimas accedió de buen grado y se apresuró a salir para atrapar al ave. Los dos visitantes se quedaron mirando a los dos ancianos cómo se dedicaban a perseguir al ganso pero ni bien el animal se escondió precisamente detrás de ellos, el más viejo de los forasteros detuvo la persecución. Volvieron todos a la cabaña y una vez adentro, el más joven de los extraños reveló la identidad de ambos diciendo que ellos no eran mortales sino dioses del Olimpo, Júpiter y su hijo Mercurio. Los ancianos no podían creer lo que estaban oyendo ni dejar de pensar que el más grande de los dioses, Júpiter y su hijo Mercurio, el dios mensajero que podía volar, fueran sus huéspedes. Vieron cómo sus visitantes comenzaban a irradiar luces resplandecientes urgiendo a los ancianos a abandonar inmediatamente la cabaña y partir con ellos hacia el monte Olimpo. Habían visitado a la tierra para probar el calor y la hospitalidad de los hombres y ellos dos habían sido los únicos en mostrarse amigables, por lo tantocomo castigo, todos los habitantes serían destruidos por las aguas. Desde el Olimpo los ancianos pudieron ver su cabaña flotando en el agua y cómo lentamente se convertía en un templo resplandeciente. Júpiter les concedió un deseo para retribuir su benevolencia y su generosidad y ellos eligieron ser los guardianes del templo y morir juntos un día para que ninguno de los dos quedase solo. Así fue como Baucis y Filemón se convirtieron en guardianes del templo por muchos años hasta que se transformaron lentamente en dos hermosos árboles, un tilo y un roble, crecidos de un mismo tronco.

Saturno, de Rubens.

Representación del anciano Saturno, devorando sus hijos. Posiblemente inspiró a Goya.
MITO DE LAS EDADES DE LOS HOMBRES

1. Diversos mitos acerca de los orígenes del hombre.

Se mencionan en la mitología clásica hasta 7 tipos distintos de orígenes del hombre:

- por metamorfosis de hormigas,
- nacidos de árboles,
- rocas o piedras autóctonos o brotados de la tierra,
- procreados por los dioses en unión sexual con una hembra comúnmente humana
- creados o fabricados por los dioses en general
- Pandora fabricada con barro por Hefesto
- hombres fabricados con barro por Prometeo


Los cuatro primeros tipos son de escasa importancia en la mitología. La procreación por los dioses en unión sexual con una hembra es capital para las leyendas heroicas, pero de muy poca importancia como origen de la humanidad en general.

Las edades del hombre son las etapas por las que ha pasado la humanidad desde su creación, según la mitología clásica. Se suele tener en cuenta a dos autores: el griego Hesíodo y el latino Ovidio. Ambos narran la sucesión de etapas desde un principio lejano en el tiempo en el que los hombres vivían de forma semejante a los dioses (Edad de Oro) hasta la época del propio poeta (Edad de Hierro).



Las cinco edades de Hesíodo

El primer testimonio del mito de las edades proviene del poema Trabajos y días de Hesíodo:

En la Edad de Oro, regida según la voluntad de Crono, los hombres vivían junto a los dioses. Era una época caracterizada por la paz y la felicidad. Los hombres no tenían que trabajar para alimentarse, ya que la Tierra los proveía de todo cuanto necesitaban. Vivían durante muchos años, pero siempre con apariencia joven, hasta que morían de forma tranquila.


A partir de la Edad de Plata, inclusive, es el hijo de Crono, Zeus, el que establece el orden. Durante esta época, los hombres vivían durante cien años como niños. Vivían un corto período como adultos, que malgastaban con disputas con otras personas. Los humanos se negaron a seguir rindiendo culto a los dioses, por lo que Zeus destruyó esta raza por impiedad






Los hombres de la Edad de Bronce sólo vivían para la guerra. Descubrieron el bronce, que emplearon para construir armas, herramientas e incluso sus hogares. Esta raza se exterminó a sí misma debido a su violencia.




La Edad de los Héroes es la única edad que no corresponde con ningún metal. También es la única que implica una mejora respecto a la anterior. En este período vivieron los héroes y semidioses y realizaron sus hazañas. De esta edad son los héroes que lucharon en Tebas y Troya . Cuando esta raza murió, todos fueron al Elíseo





La edad de Hesíodo es la Edad de Hierro. Durante esta edad, los hombres viven de forma infeliz y miserable. Los hijos deshonran a los padres, los hermanos luchan contra los hermanos y los tratados de hospitalidad son constantemente incumplidos. Durante esta época las malas personas mienten para parecer buenas y no se tiene sentimiento de vergüenza.







Las cuatro edades de Ovidio





El poeta romano Ovidio narra un mito similar, pero con sólo cuatro edades, en el libro I de su poema Las metamorfosis. Su mito es similar al de Hesíodo, aunque omite la Edad de los Héroes.

Ovidio recalca que la justicia y la paz sólo son propias de la Edad de Oro. También añade que, en esta edad, los hombres no conocían aún la navegación y, por tanto, no podían explorar el mundo.

En la Edad de Plata, Júpiter da a los hombres las estaciones del año, por lo que éstos aprenden el arte de la agricultura y la arquitectura.

En la Edad de Bronce, los hombres viven para la guerra, pero no son impiadosos.

Finalmente, en la Edad de Hierro, los hombres demarcan las naciones con fronteras y aprenden las artes de la navegación y la minería. Les gustan las guerras, son codiciosos e impiadosos. La verdad, la modestia y la lealtad han desaparecido.

Urano De Giorgio Vasari (1555-1159)

Castración de Urano por parte de su joven hijo Crono (Saturno)

Símbolos y atributos de los dioses Olímpicos

Zeus - JúpiterZeus (nombre griego) - Júpiter (nombre romano).
Supremo/ Padre de los dioses
Se le representa con un trueno y relámpago, un manojo de relampagos o con el cetro.
Hera - Juno
Hera (nombre griego) - Juno (nombre romano).
Diosa del matrimonio, los nacimientos y las esposas fieles.
Se le representa con la diadema y el ceptro, con un pavo real o con una granada.

Poseidón - Neptuno
Poseidón (nombre griego) - Neptuno (nombre romano).
Dios del Mar/ Aguas interiores de los rios, lagos y manantiales.
Se le representa con el tridente.

Atenea - Minerva
Atenea (nombre griego) - Minerva (nombre romano).
Diosa de la sabiduría, de la victoria en la guerra y de las habilidades manuales.
Se le representa con el olivo, el casco, el escudo o la lanza.

Hefesto - Vulcano
Hefesto (nombre griego) - Vulcano (nombre romano).
Dios de los Orfebres, Joyeros, Carpinteros, Paletas y del Fuego.
Se le representa con la enclusa o el martillo (es feo y cojo).

Afrodita - Venus
Afrodita (nombre griego) - Venus (nombre romano).
Diosa del Amor y la Belleza.
Se le representa con la manzana, paloma, concha y el ceñidor.

Démeter - Ceres
Démeter (nombre griego) - Ceres (nombre romano).
Diosa de la agricultura (cereales), la fertilidad y la tierra.
Se le representa con la cornucopia, la hoz y maíz.

Ares - Marte
Ares (nombre griego) - Marte (nombre romano).
Dios de la Guerra.
Se le representa con un vestido de militar.

Apolo - Febos
Apolo (nombre griego) - Febos (nombre romano).
Dios de la Música, las Artes, la Luz, la Medicina y la Belleza Masculina.
Se le representa con el arco y las flechas, con la corona de laurel o con la lira.

Artemis - Diana

Artemis (nombre griego) - Diana (nombre romano).
Diosa de la Caza, las mujeres solteras y la luna.
Se le representa con una medialuna en la frente, con el arco y la flecha o con una osa.

Hermes - Mercurio

Hermes (nombre griego) - Mercurio (nombre romano)
Dios mensajero de los dioses, de los viajeros, de los ladrones y los mercaderes.
Se le representa con las botas aladas, el casco y el caduceo.
Dioniso - Baco

Dioniso (nombre griego) - Baco (nombre romano).
Dios del vino y la fertilidad.
Se le representa con la corona de vid y los pámpanos.

La derrota de los titanes, de Jordaens

A su regreso de la isla de Creta, Zeus libró una batalla contra su padre y los Titanes.

domingo, 21 de noviembre de 2010

EL MITO DE LA CAJA DE PANDORA




En la mitología griega, Pandora (en griego antiguo Πανδώρα) fue la primera mujer, hecha por orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres, después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, les otorgara el don del fuego.



Mito

El mito de la caja de Pandora se inicia cuando Prometeo se atrevió a robar el fuego que portaba el dios Sol en su carro. Zeus furioso ordenó a diferentes dioses crear una mujer que pudiera seducir a cualquier hombre. Hefesto la creó con arcilla y le brindó formas sugerentes. Atenea la vistió elegante y Hermes le dio el don de seducir para que finalmente Zeus le dé vida y la mande a la casa de Prometeo.

Allí vivía junto a su hermano Epimeteo que a pesar de haber sido advertido de la venganza de Zeus aceptó la llegada de Pandora y se enamoró hasta tomarla por esposa. Pero Pandora traía con ella una caja con todos los males que puedan contaminar al mundo de desgracias. Uno de esos elementos era la esperanza, consuelo de quien sufre. Pandora presa de la curiosidad abrió la caja y así dejó escapar sin quererlo todos los males. Los bienes subieron hasta el Olimpo y junto a los dioses. La muchacha presa del pánico cerró la caja y quedó dentro la Esperanza, que era necesaria para superar todos los males.

Pandora corrió hacia los hombres para intentar consolarlos, hablándoles de la esperanza, explicándoles que siempre podrían acudir a ella ya que estaba bien guardada.


Sentido del mito

Es la justificación teológica de la presencia de fuerzas oscuras en el mundo humano. Al intentar Prometeo obtener para los hombres más de lo que debían recibir, arrastra a la humanidad a la desgracia: Zeus le da a los mortales un don ambiguo, mezcla de bien y mal, una peste difícil de tolerar pero de la que no se puede prescindir. Pandora es la responsable de comunicar al mundo humano los poderes.


Lourdes Sánchez Díaz

Prometeo.

Mito de Prometeo.

El mito de la Caja de Pandora

En la mitología griega, Pandora (en griego antiguo Πανδώρα) fue la primera mujer, hecha por orden de Zeus para introducir males en la vida de los hombres, después de que Prometeo, yendo en contra de su voluntad, les otorgara el don del fuego.

Mito

El mito de la caja de Pandora se inicia cuando Prometeo se atrevió a robar el fuego que portaba el dios Sol en su carro. Zeus furioso ordenó a diferentes dioses crear una mujer que pudiera seducir a cualquier hombre. Hefesto la creó con arcilla y le brindó formas sugerentes. Atenea la vistió elegante y Hermes le dio el don de seducir para que finalmente Zeus le dé vida y la mande a la casa de Prometeo.

Allí vivía junto a su hermano Epimeteo que a pesar de haber sido advertido de la venganza de Zeus aceptó la llegada de Pandora y se enamoró hasta tomarla por esposa. Pero Pandora traía con ella una caja con todos los males que puedan contaminar al mundo de desgracias. Uno de esos elementos era la esperanza, consuelo de quien sufre. Pandora presa de la curiosidad abrió la caja y así dejó escapar sin quererlo todos los males. Los bienes subieron hasta el Olimpo y junto a los dioses. La muchacha presa del pánico cerró la caja y quedó dentro la Esperanza, que era necesaria para superar todos los males.

Pandora corrió hacia los hombres para intentar consolarlos, hablándoles de la esperanza, explicándoles que siempre podrían acudir a ella ya que estaba bien guardada.

Sentido del mito

Es la justificación teológica de la presencia de fuerzas oscuras en el mundo humano. Al intentar Prometeo obtener para los hombres más de lo que debían recibir, arrastra a la humanidad a la desgracia: Zeus le da a los mortales un don ambiguo, mezcla de bien y mal, una peste difícil de tolerar pero de la que no se puede prescindir. Pandora es la responsable de comunicar al mundo humano los poderes.


Lourdes Sánchez Díaz

domingo, 7 de noviembre de 2010

Perséfone y el mundo de ultratumba

El gran diluvio griego


DILUVIO UNIVERSAL DE LA MITOLOGIA GRIEGA

La mitología griega relata la historia de un gran diluvio producido por Poseidón, quien por orden de Zeus había decidido poner fin a la existencia humana,

por haber aceptado el fuego que Prometeo había robado del Monte Olimpo. Deucalión y su esposa fueron los únicos supervivientes. Pirra le dijo a su hijo Deucalión que construyese un arca en la que introdujera una pareja de cada animal, de forma análoga a la historia bíblica, y así sobrevivieron.

Al terminar el diluvio, y una vez que se secó la tierra y las aguas retrocedieron al mar, el arca de Deucalión se posó sobre el monte

, en donde estaba el oráculo de Termis (Apolo aún no había nacido). Deucalión y Pirra entraron en el templo, para que el oráculo les dijera qué debían hacer para volver a poblar la Tierra, y la diosa sólo les dijo: « Vuélvanse hacia atrás y arrojen los huesos de su madre. »

Deucalión y su mujer adivinaron que el oráculo se refería a las rocas. De esa forma, las piedras arrojadas por Deucalión se convirtieron en hombres, y las arrojadas por Pirra en ninfas o diosas menores, porque aún no se había creado a la mujer.

Dioses de la mitología griega

Mito de Prometeo.


Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas ". Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre. Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a una hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie.
Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?".
Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?. "Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad''.

Música♫♪


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